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VICTORIA CETERA

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Victoria Cetera es oriunda de Buenos Aires y nació en marzo del 2005. Es una joven escritora que demuestra que la edad no determina cómo vivir las experiencias y lleva varios años escribiendo sobre ellas. Luego de publicar su primer libro: “Lo que nunca llegué a decirte”, en 2025 hizo lo propio con su segunda gran obra: “Donde siempre regreso”.

"Sanar me hizo conectar conmigo, me hizo vivir libre"

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DONDE SIEMPRE REGRESO

Género: Relatos

Páginas: 160

 

En "Donde siempre regreso", se entrelazan relatos íntimos y reflexivos con una prosa cargada de emoción y autenticidad. La autora nos guía a través de sus vivencias personales, explorando temas como la identidad, la pertenencia y la salud mental. “Una cosa es de dónde soy y otra es de dónde considero ser”, afirma la autora, conectada con un país que la hizo sentirse visible. A lo largo de sus páginas, reflexiona sobre la cultura en España, y aborda con sinceridad las sombras y desafíos que encontró en aquel destino. Inspirada por sus artistas favoritos, familiares y amistades, se rinde homenaje a quienes han acompañado su camino y despertado en ella un torrente de emociones y creatividad. “Donde siempre regreso" es una oda a los lugares que nos marcan, a los viajes que transforman el alma y a la búsqueda de un lugar al que siempre desearíamos volver.

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LO QUE NUNCA LLEGUÉ A DECIRTE

Género: Relatos

Páginas: 96

 

Aquí desnudo mi dolor como mis miedos, al pensar que el futuro es tan inicerto. Me quito los cerrojos y muestro lo que nunca me atreví, en escaparates. Hay solamente una parte de mí. En todo lo demás, en lo profundo de este mundo de papel, está Agonía, mi personaje, mi alterego. Está mi lado artista, la música y las frases que siempre me acompañan. Porque con el rap me descubrí. Descubrí que el dolor no está mal. Que los tabúes de esta sociedad y el impedimento mental que tú mismo creas para tapar el dolor es insano. Me abro sin intención de dañar, porque valgo lo mismo, y aunque muchos busquen formas de huir, del dolor no se huye, solo lo amoldas a tu sentir. Te doy la bienvenida a las lágrimas, al aceptar perder, a no dejar de intentarlo y a saber que un sueño siempre lleva más trabajo del que se piensa.

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